¿Te
has enamorado alguna vez Klein-
pregunta retórica-? Yo sí(de hecho ni siquiera era una pregunta):
siempre de la misma.
-Supongo
que es fácil tener como único amigo un osito de peluche. Supongo
bien supongo. Sobre todo si tiene la boca cosida con hilo negro. Hace
un día estupendo, por cierto, ahí fuera.
-¿No
hay infierno en el país de las arañas?
-¿En
serio creíste que podrías librarte de mí sólo porque me
aplastaste con una zapatilla? Bonito funeral, lo reconozco, eso de la
caja de cerillas flotando charco abajo hasta las alcantarillas.
-¿Eres
inmortal?
-No,
soy graduada en ciencias políticas. Entre otras cosas: un máster en
psicología; un diploma de Harvard; un título de Marketing y gestión
comercial, hablo seis idiomas; me concedieron tres becas; la patente
del descompositor positrónico de palabras; toco el piano, y además,
soy guapa.
Van
a llamar a la puerta en cinco segundos.
-¿También
eres adivina?
-Tengo
mis contactos.
Pom
pom pom.
-¿Quién
es?
-Yo.
-¿Otra
vez?
-Vengo
de paisano.
El
amor es muy astuto. Miro por debajo de la puerta.
-¿Eso
son sandalias? ¿Vienes en sandalias? ¿Y tu traje de Armani?
-¿Abres?
-La
contraseña.
-No
me lo puedo creer... :“¿Tú tienes un Mar en la mirada?”.
Ñicccccccccccc.
-¿Qué
quieres? Ya estoy bastante jodido. La eternidad sin ella es un
coñazo. ¿Conoces a Marilú?
-Encantado.
Ha
venido a verme tu ángel de la guarda. Estaba realmente preocupado
por ti.
-¿Lucas?
-Ya
sé ya sé. Lucas no ha sido precisamente un ejemplo de...
-¿Sabes
que estaba haciendo mientras me partían la cara en aquel callejón?
Follándose un tío con pelos en el culo en el cuarto oscuro de una
discoteca para moteros.
-Nadie
es perfecto. Te aprecia, en serio. He venido a ayudarte.
-¿Te
la chupó?
-Mira
tío, medio mundo está deseando que llame a su puerta, y sin embargo
estoy aquí, hablando con un tipo al que le he dado tantas
oportunidades que podría ser mi socio en este negocio. ¿Por qué no
pones un poco de tu parte?
-Fuiste
tú el que me metió en esta mierda.
-Pero
no fui yo quien la cagó con ella. Aún así, reconozco que fui
bastante hijo de puta. ¿No era preciosa? Sí, tal vez me equivoqué.
No estabas preparado.
-Nadie
está preparado para que la persona que amas se muera entre tus
brazos.
-No
murió entre tus brazos hombre, crece, la dejaste marchar.
En
fin, tengo que irme. Dentro de este sobre hay una dirección. Si
alguien se entera, estoy jodido, tengo una reputación que mantener,
ya sabes, no puedo ir por ahí concediendo favores, como si fuera un
hada.
-No
quiero nada de ti. Menos de ti. Nunca más de ti.
-Te
están esperando. Sólo estarán en la ciudad una semana. Diles que
vas de mi parte.
Ñicccccccccc...¡Plam!
Cuando
rasgo el sobre puedo oler a mandarinas.